El día 8 de enero, El Confidencial publicó un artículo titulado "Uno de nuestros mejores profesores señala el gran error en la enseñanza de matemáticas", en el que José Antonio Fernández Bravo, decano de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Educación de la Universidad Camilo José Cela, analiza los errores fundamentales que se dan en la enseñanza de las matemáticas a la vez que propone ocho ideas para mejorarla...
"...Quizás no interese que se genere pensamiento, que se genere autonomía, observación y crítica en el ciudadano. Quizás sea todo una pantomima y un disfraz con un telón de fondo en el que dice ‘no me interesa que pienses’, porque hoy ya se sabe cómo se puede generar pensamiento”.
La sexta idea, que me interesa especialmente, se recoge así en este artículo:
6. La tecnología debe ser un medio, nunca un fin.
“Las nuevas tecnologías mal utilizadas están evitando la manipulación de materiales, el entendimiento y la comprensión”, asegura Fernández Bravo con rotundidad. ¿Qué estamos haciendo con las nuevas tecnologías? Según el decano, “sustituir el papel impreso del libro por la misma imagen no trabajada del libro que se ve en la pizarra digital. Se puede enseñar mejor con dos palos y tres piedras que con las modernidades más grandes, porque en definitiva no hay avance mientras no haya mejores resultados con menos esfuerzo”.
Entiendo perfectamente lo que quiere decir J.A. Fernández Bravo, y pienso que es cierto en gran medida, pero tal vez lo haya expresado de forma muy general y rotunda sin contemplar, como excepción, el loable y muy poco apoyado esfuerzo que bastantes docentes, convertidos también en desarrolladores de software educativo, estamos realizando en este sentido movidos por el "Principio de la Tecnología" en la educación matemática. Una minoría de docentes, por lo general silenciosa y silenciada, que tiene que hacer "juegos malabares" para integrar equilibradamente conocimientos curriculares, conocimientos didáctico-pedagógicos y conocimientos tecnológicos para conseguir aplicaciones TIC que vayan más allá del libro de texto y que favorezcan un uso constructivo y no instructivo de las TICs; desarrollando materiales didácticos digitales que concreten e ilustren el tratamiento de resultados ampliamente admitidos por la Didáctica de la Matemática; desarrollando materiales digitales eficaces, a pie de aula, para el tratamiento de la diversidad, el aprendizaje autónomo o semidirigido y por descubrimiento; materiales que reduzcan el esfuerzo de profesores y alumnos a la vez que faciliten un mejor tratamiento tanto de los principios internacionalmente admitidos para la educación matemática como de aspectos relevantes del currículo de esta área; aplicaciones digitales enfocadas a hacer realidad una matemática intuitiva, dinámica, interactiva... así como al logro de mayor competencia matemática...Materiales didácticos virtuales que también demandarán su derecho a formar parte de la historia de las materiales educativos para la enseñanza-aprendizaje de la matemática y que no están ya en la esfera del "esto es lo que se debe hacer" (más teórica y especulativa) sino en la del "esto es lo que yo he hecho", que permite avanzar realmente mediante el análisis y mejoras evidentes de lo existente...
Me voy a permitir aquí añadir, a las ocho mencionadas por J.A. F. Bravo, una idea más para la mejora de la enseñanza de las matemáticas:
9. La formación del profesorado debe corregir el actual desequilibrio entre teoría y práctica.
Creo que los hábitos asociados a la economía especulativa (en su acepción de fraude) propia de los tiempos en que vivimos han influenciado nuestra manera de aceptar, entender y afrontar todos los ámbitos de lo social. Se pone más en valor la apariencia que la esencia. Son las "autoridades", en todos los ámbitos de lo social, quienes crean "las verdades" y no "las verdades" las que se constituyen en "autoridades".
En el ámbito de la formación del profesorado también hemos asistido a un exceso de especulación (en su acepción de teoría, reflexión) en tanto en cuanto muchas acciones formativas (también demasiadas "investigaciones" y tesis) se dan en forma de "paquetes teóricos" justificados y avalados por el prestigio (+ influencia + marketing) de los ponentes y armados de manera coherente pero que no necesariamente tienen un fin práctico (a pesar de que siempre se puedan dirigir justificadamente hacia la mejora de la calidad de la enseñanza) ni tienen que ser contrastados en la realidad (o no tiene sentido hacerlo debido al número de variables de que depende)... Siendo la reflexión teórica sobre la enseñanza-aprendizaje algo muy necesario, creo firmemente que es más necesario corregir el desequilibrio entre la teoría y la práctica educativa. La formación del profesorado en matemáticas debe dar más peso al análisis crítico, a pie de aula, de "variables educativas relevantes", a través del contraste de opiniones, del estudio de actuaciones y producciones concretas del profesorado...